Todas las señales que percibimos con nuestros miembros comunicativos, es decir, con nuestros sentidos, se denominan datos o mensajes. Cada una de nuestras percepciones es muy importante para lograr definir nuestras acciones a lo largo de nuestra vida, más cada uno de los datos o mensajes que percibimos no mantiene la misma duración en nosotros, es por ello que a estos datos o mensajes se les clasifica en dos tipos según su tiempo y uso:
- Información: Toda información tiene un tiempo de uso único y limitado, dado a que hay percepciones que solo se necesitan para definir el tiempo, la posición o el lugar en el que sucede un acontecimiento en particular.
- Conocimiento: A diferencia de la información el conocimiento tiene un tiempo de uso ilimitado o permanente, dado a que nos indica la propia naturaleza de las cosas; por eso se usan frecuentemente y son fundamentales para nuestro entendimiento.
Un conocimiento no se enfoca en indicar el tiempo en el que suceden las cosas, sino en determinar las características, normas, capacidades o funciones de un sujeto o un fenómeno en particular.
El hecho de que la información se utilice momentáneamente no quiere decir que nuestra memoria no guarde ciertas informaciones permanentemente, sino que su utilidad la vemos solo en casos y momentos totalmente únicos e irrepetibles.
Es esencial para nuestro éxito en toda labor saber identificar los conocimientos y las informaciones al momento de percibirlas, no sea que tomemos un conocimiento como información o viceversa, y así terminemos olvidando lo que es más relevante para nosotros en determinados sucesos. No todo mensaje tiene la misma relevancia, por eso debemos clasificarlos según origen y propósito; ese orden evitara que nos confundamos a lo largo de cualquier labor y que nuestra memoria sea mucho más efectiva.
